El encargo
sábado, diciembre 30, 2006
Un mercader florentino propuso a un artesano que hiciera
una réplica de una antigua escultura, obra de un renombrado artista.

El artesano aceptó el encargo ya que necesitaba el dinero. El mercader entregó la reproducción a su cliente, que pagó el precio concertado.

Pero cuando el comprador pudo contemplar la escultura con calma, a solas,
se quedo sobrecogido.
Inmediatamente, se puso en contacto con el mercader:
quería conocer personalmente al artista desconocido.


El mercader se rió : el escultor que buscaba no era un artista,
sino un simple y pobre artesano.

El comprador insistió y logró concertar una entrevista con el artista.
Nada más verlo, le confesó que admiraba su enorme talento.

Las copias se habían acabado. A partir de entonces comenzaba
una nueva etapa;
trabajaría para él como artista, creando sus propias obras en el Vaticano.

Aquel artista era Miguel Angel. Su talento y su originalidad eran tan desbordantes
que era incapaz sólo de copiar. De hecho, jamás copió.

Porque él siempre fue un paso por delante.


No es tanto ver lo que aún nadie ha visto, sino pensar lo que todavía nadie ha pensado sobre aquello que todos ven.

**Felicitación de Navidad de BANKINTER, una de las empresas que más admiro

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posted by Jjuan at sábado, diciembre 30, 2006 | Permalink
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