"Imposible, no se puede, el sistema no me deja, está completo y cerrado....no hace falta que vaya usted al aeropuerto, no va a volar, se lo aseguro..."

En estos tiempos de sistemas informáticos, bases de datos y procesos automáticos, parece que las personas ya no cuentan, cuando realmente siguen siendo el elemento clave.

Esta tarde me confirman telefónicamente que "no habia sido posible" encontrar plaza en ninguno de los dos vuelos que regresan a Madrid desde Almería, pues no había cancelaciones y la lista de espera era inútil. Había conseguido llegar a Almería de urgencia, mantener una excelente reunión con el cliente pero... no podría volver. Se avecinaba una solitaria noche de hotel y madrugón para volver directamente a la oficina.

A pesar de la reconfirmación telefónica con Iberia y la agencia de viajes, me voy al aeropuerto para acompañar a dos compañeros ( que sí tenían plaza ). Una vez allí empieza el baile de tarjetas Iberia junto con la cara de "cordero degollado". Conseguimos la implicación de un par de empleados de Air Nostrum y .... ¿ lo podeis imaginar? finalmente me asignan una plaza en el primer avión. Resulta que a pesar de todas las reconfirmaciones de que no habría opciones, el hueco se produjo y me vine para Madrid.

Mi lectura: la confianza ciega en los sistemas y los procesos sin introducir el "factor humano" es un gran riesgo para las empresas, pues les aleja de sus clientes ( personas ) y la confianza de los mismos.

Mal para la atención telefónica de Iberia, mal para la agencia de viajes y mi mayor agradecimiento a los dos empleados que se han involucrado y han encontrado una solución a este problema de uno de sus clientes.

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